lunes, 17 de septiembre de 2012

C´est la vie

¿Alguna vez te has sentido solo? ¿Triste? ¿Impotente? 
 Sí, supongo que sí. No hay forma de evitar estas emociones por mucho que queramos: son parte de la vida y debemos afrontarlas con todo el valor que nos sea posible.
 Hay momentos en los que te sientes como una mosca atrapada en una telaraña y parece como si el mundo a tu alrededor se volviera negro e intentara ahogarte. Unas veces la presión es por culpa de nuestros remordimientos o errores y a lo anteriormente mencionado se suman el castigo interno de nuestra conciencia.
 Si es así, tarde o temprano aprendemos que de las equivocaciones se aprende y eso nos ayuda a mirar hacia delante.
 Perolas cosas siempre pueden volverse mucho más difíciles.
A veces nos sentimos impontentes, frustrados y en el peor de los casos, incluso asustados por circunstancias ajenas a nosotros, que escapan a nuestro control y se nos resbalan de las manos por mucho que intentemos sujetarlas para evitar que empeoren.
 En estos casos lo peor que puedes hacer es hundirte. Cuesta mucho mantener la calma, y no digamos el optimismo, pero compadeciéndote y sintiéndote mal no arreglarás nada.
 Y, sí, sé de lo que hablo.
 Lo mejor es armarte de valor y no dejar que nada te hunda. Habrá veces en las que puedas ayudar para que el problema se solucione, pero no siempre va a ser así. 
 Puede que algo te afecte directa o indirectamente y no esté en tu mano solucionarlo. De ser así es mejor no martirizarse con eso, porque perderás tu fuerza y eso desanimará aquienes estén contigo.

La vida nunca ha sido ni será de color de rosa, pero tampoco tiene por qué volverse negra. Tomará el color que tú eligas y no tendrá más caminos que los que desees recorrer.
 El tiempo es traicionero y le gusta ponernos pruebas. Si quieres seguir caminando, tendrás que lavantarte por muchas veces que te tire al suelo.
 

viernes, 14 de septiembre de 2012

Recuerdos

"Los malos recuerdos te persiguen sin necesidad de llevarlos contigo"
                                                 C.R Zafón, El Príncipe de la Niebla.
 
Supongo que más de uno pensará "qué entrada más simple" Pues sí.
Pero a veces lo más simple se convierte en algo inexplicablemente complejo y es precisamente eso lo que pasa con los recuerdos: todos los tenemos, todos sabemos lo que son, pero no podemos inventarlos ni decidir qué es lo que realmente queremos recordar.
 
 Los recuerdos son útiles, una maravillosa capacidad para registrar cada segundo de nuestras vidas y revivirlo cuando nos plazca en la acogedora tranquilidad de la mente.
Sí, eso es cierto y no puede negarlo nadie, pero precisamente porque pertenecen a nuestro subcosciente y no podemos controlarlos por mucho que lo intentemos, también pueden constituir nuestra peor pesadilla.
 Hay recuerdos que te entristecen, te aterrorizan o te averguenzan. Algunos querrías cambiarlos u olvidarlos y el saber que no puedes implica una mayor frustración.
 Otros, por su parte, son cálidos, divertidos y dulces. Pueden arrancarte una carcajada o una lágrima de emoción y seguro que tienes un recuerdo especial que siempre ocupa tu mente antes de dormir, cuando los nervios te pueden o en algún momento inesperado.
Por mucho que tratemos de convencernos de lo contrario, las personas estamos condenadas a recordar. Podemos tomarlo como un regalo o un castigo.

Yo elijo la segunda opción. Aunque sean dolorosos y quieras eliminarlos de una vez por todas, tal vez esos recuerdos te sirvan para rectificar y no cometer los mismos errores dos veces, para crecer y hacerte un poquito más fuerte. Si los usas bien podrían enseñarte muchas cosas e incluso ayudarte a superar tus mayores miedos. Y cuando estamos solos, son lo único que nos queda.

Si pensabas que los recuerdos eran algo simple, creo que ya habrás cambiado de opinión. Ahora ya sabes que son solo tuyos, que no van a desaparecer... Sólo te queda decidir qué hacer con ellos.
  "La muerte de ciertos seres humanos me tiene a veces sin cuidado, pero la de un perro no me deja nunca indiferente. Siempre sostuve que los animales son mejores que las personas y que cuando algún humano desaparece del mapa, el mundo no pierde gran cosa, incluso se libera de un verdugo o de un imbécil, pero cada vez que muere un perro, todo se vuelve mas desleal y sombrío "
                                                                                                                                     Arturo Perez Reverte.

Tenía pensada otra cosa que quería publicar, pero creo que esto merece mayor importancia.
Ayer salí con mi madre y nos encontramos un gato por la calle. Era doméstico porque se nos acercó y estaba limpio, pero tenía un cuerpecito tan delgado que nos dio pena verlo.
 Intentó meterse en una panadería cercana para buscar comida, así que lo llevamos con nosotras. De camino a casa nos cruzamos con una vecina que trabaja con animales y nos dijo que a aquella cosita la habían abandonado.

 La historia del gato termina bien: hoy irá al veterinario y si no localizan a su dueño se quedará con mi vecina. Pero lo cierto es que me ha hecho pensar. Este animalito ha tenido mucha suerte, aunque cada día decenas de perros y gatos son abandonados en las calles o cunetas, a merced de imbéciles con ganas de hacer daño, coches y cientos de peligros.
 Se encuentran solos, desorientados y sin comida ni agua. Pero, sobre todo, tristes de haber perdido a la familia con la que vivían y a la que tanto quieren.
 Porque, sí, incluso después de cometer tal atrocidad con ellos te siguen queriendo. ¿No es injusto?
 Ellos jamás harían algo así. Los animales son las criaturas más sinceras y leales del mundo, ellos sí que saben lo que es querer a alguien y darían la vida por su familia sin dudarlo.
 ¿No somos los humanos la especie más evolucionada? ¿No nos jactamos de nuestra inteligencia?
 Pues perdonadme, pero provocar tanto sufrimiento a algo tan dulce y fiel me parece de idiotas, de gente desalmada y sin corazón. Abandonar a una máscota es aprovecharte de su amor incondicional porque sabes que, hagas lo que hagas, lo aceptará y no te juzgará por ello.
 Si tienes un mínimo de decencia y sensibilidad, te dolerá tanto leer esto como a mí me está doliendo escribirlo y espero que aunque solo sean una entrada en un blog sin importancia, pueda remover alguna conciencia.

Ellos son tus amigos y a cambio de toda su vida sólo piden algo de cariño. Por favor, no les hagáis lo que no querríais que os hicieran a vosotros.
 

jueves, 13 de septiembre de 2012

Delirios del tiempo


 ¿Os habéis fijado alguna vez en la manía que tienen casi todas las mujeres en quitarse años?
Lo cierto es que yo nunca lo he entendido: una cosa es presumir y otra completamente distinta hacer el tonto.
 La vida y el tiempo son dos cosas con las que no se juega, y mucha gente debería entender que vivir muchos años es un regalo del que debería sentirse orgulloso. Cuando escucho a alguien mentir acerca de su edad me vienen a la cabeza esos centenares de persona, la mayoría sin rostro y sin nombre, cuyas vidas han sido truncadas demasiado pronto, muchas veces incluso antes de tener uso de razón.
 Esas personas, esas almas que a día de hoy siguen clavadas en el corazón de sus seres queridos, seguramente se indignarán al ver cómo la vanidad hace que muchos desprecien lo que ellos no han tenido.

La vida es un regalo que no todos han podido disfrutar y con los años a ese regalo le acompañan los recuerdos, la experiencia, las risas que tanto nos gustan y los llantos de los que tanto hemos aprendido.
Yo, por mi parte, me siento orgullosa de vivir. Quiero aprovechar la oportunidad que se me dio el día que vine al mundo, seguir creciendo, aprendiendo y soñando.
 No sé lo que pasará conforme avancen los días, pero espero de corazón seguir pensando igual dentro de muchos años. Si lo consigo podré sentirme orgullosa de comprobar que mis ideas no se han dejado manchar por los estereotipos de la gente.